

Edificio Moneo
Espai Cúbic
El edificio Moneo, sede actual de la Miró Mallorca Fundació se inauguró en 1992. Proyectado por el arquitecto Rafael Moneo es el resultado de la donación de Pilar Juncosa, viuda de Miró, a la ciudad de Palma.
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Espacio de exposición
- Espai Cúbic
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Fechas
- 9 abril — 31 agosto 2025
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Inauguración
- 9 abril 2025
- 19:00
Rosa Tharrats. «Refugia»
Para Rosa Tharrats todos los objetos, cualquiera que sea su material constitutivo, de procedencia natural o artificial, tienen una subjetividad específica y pueden establecer una relación orgánica con nosotros.

Rosa Tharrats a menudo crea a partir de la interacción entre los reinos mineral, vegetal y artificial, y sus temas más recurrentes son la transformación, la simbiosis, el proceso, la compilación, la unión de la vida microscópica y macroscópica, lo visible y lo invisible y la búsqueda del sutil equilibrio entre los materiales, así como los contrastes.
Su archivo de materiales, siempre en proceso y estudio, proviene de la compilación, de la reunión de tejidos, de prendas antiguas y nuevas, y de otros objetos encontrados. Su objetivo prioritario es establecer narraciones sensoriales, con capas de distinto significado, a través del arte y la moda.

Texto de Chus Martínez
El lenguaje coloquial está plagado de expresiones que refieren a la piel. Tener la piel muy dura para referirse a aquellos que apenas pueden sentir emociones o estar con los nervios a flor de piel para describir aquellos momentos donde las emociones nos rebasan. Hace muy pocos años se descubrió que la piel no es simplemente el recubrimiento de nuestro cuerpo pero un órgano más. La proliferación de materiales plásticos transparentes — esos plásticos finos que lo recubren todo— nos ha vuelto un poco como ellos, incapaces de pensar en la gloria de sentir el mundo a través de los poros.
Lo cierto es que si tuviéramos que pensar en un modo radical de cambiar el mundo, lo más sencillo sería abogar por un cambio de piel. Imaginad la sorpresa si la piel y sus pigmentos cambiasen de color a conveniencia y no fuese un rasgo que uno hereda al nacer. Imaginad qué pasaría si fuese imposible distinguir la identidad de nadie por su piel, si fuese imposible discriminar por la piel. Os estaréis preguntando qué relación existe entre estas disquisiciones sobre la piel, el plástico y la identidad y la obra de Rosa Tharrats.
El interés de Rosa Tharrats por los tejidos hay que pensarlo como un interés por la posibilidad de inventar criaturas con otra piel. Al tener otra piel, inmediatamente sus esculturas ya tienen otra lógica y otra forma de estar en el mundo. Pensad por un momento en la historia de la escultura occidental. Mucho antes que los medios sociales, la escultura, durante siglos, cultiva un culto al cuerpo humano, al cuerpo blanco, al cuerpo heroico. No creáis que haya sido tarea fácil para los artistas poder hablar de otros cuerpos. Cuerpos no solo físicos sino cuerpos mentales, imágenes de cuerpos que existen en dimensiones más allá de lo real pero que son capaces de interactuar con la realidad otorgándole otro sentido.
Rosa Tharrats es una de ellas. Su obra es un esfuerzo por pensar cómo en este mundo cada vez más cruel podemos todavía inventar mundos. Mundos simples pero poseedores de una dimensión fantástica. Ursula K. Le Guin, una escritora americana que os recomiendo, escribió: «Todos tenemos que aprender a inventarnos una vida, crearla, imaginarla. Necesitamos que nos enseñen esas capacidades; necesitamos guías que nos muestren cómo hacerlo. Si no lo hacemos nuestras vidas acaban siendo controladas por los demás.» [1] Seamos inventores como Rosa Tharrats.
[1] Frase de «Las instrucciones de uso», texto incluido en el libro Contar es escuchar (Círculo de Tiza, Madrid, 2017).


