In Memoriam: homenaje a Lluís Juncosa Iglesias
Hermano de Pilar, cuñado, confidente y médico de Joan Miró
Hoy celebramos 100 años del nacimiento de Lluís Juncosa Iglesias, hermano de Pilar, cuñado, confidente, médico personal de Joan Miró y figura instrumental en la gestación de la Fundación.
A su generosidad le debemos además una de las piezas fundamentales de nuestra colección, el paisaje Sin título de 1908, el óleo de Miró más antiguo que se conserva. La pintura se descubrió en el reverso de una tela de 1960, oculta tras unos fragmentos de periódico adheridos al soporte. Tras su donación por parte de Lluís Juncosa en 1995, un proceso de restauración sacó de nuevo el paisaje a la luz. Actualmente la obra se puede ver en la entrada de la exposición Miró, espíritu salvaje, ilustrando las raíces de Miró y su vínculo con la tierra.
Lluís hoy cumpliría 100 años y hace cuatro que nos dejó, pero su encanto, energía y buen humor son bien recordados por todos y su memoria perdura en esta Fundación que él ayudó a hacer realidad.
Algo vivo de Lluís Juncosa
En enero de 1971, Joan Miró repartió cuatro cartas a dos amigos íntimos y dos cuñados, mi hermano Ángel y yo mismo. En el sobre bajo el nombre del destinatario, esta frase: «Para abrir después de mi muerte».
Estaba, entonces, bien claro que creía que se podía morir en cualquier momento (tenía 79 años). Aunque los análisis y el estudio cardiovascular hecho en París no eran inquietantes, me dijo que le preocupaba mucho lo que pasaría después de su muerte con su «mundo» creativo en Son Abrines y en Son Boter. Ya había hablado con Josep Lluís Sert, que le había aconsejado crear una Fundación, y quería que yo la ayudase a proyectarla.
El núcleo inicial fué muy reducido: en Sert, el abogado de la familia (Andreu Rullan), un arquitecto (Antoni Juncosa) para ayudar a Sert a hacer los planos de la que sería la Fundación, mi hermano Ángel y yo. Nos reuníamos por las tardes en la cafetería del hotel de Palma donde vivía Sert.
Miró le dió instrucciones. Quería que esta Fundación huyera de cualquier esquema museístico, que fuese una cosa «viva», abierta a todos, sobre todo a los artistas jóvenes y a los especialistas estudiosos de la obra mironiana. Por esto, en la escritura de donación, se dice que todas las instalaciones estarán abiertas al público. Seguramente por el mismo motivo quiso que fuera una Fundación pública y municipal, para que el pueblo fuera el verdadero destinatario. También previó en los Estatutos que el Patronato debía promover las instalaciones necesarias para llevar a cabo las diversas actividades artísticas propias de un Centro de Estudios de Arte Contemporáneo, que había creado con mucha ilusión en la Fundación Miró de Barcelona (C.E.A.C.)
Fuí su médico hasta el día de su muerte. Esta estrecha convivencia de tantos años hizo que le quisiera como persona más que como artista. Por tanto mi opinión sería poco objetiva, pero los entendidos en arte afirman que Miró es el pintor del siglo XX que ha abierto más caminos para los demás artistas. Estoy seguro de que nuestra Fundación en Mallorca será la «cruce» de donde saldrán muchos de estos misteriosos caminos.
Lluís Juncosa