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Se cierra el círculo vital de la “Femme-Monument” Mironiana

Publicado el 28 junio 2022

Un simple huevo y una pastilla de jabón gastada dieron vida a la escultura "Femme-Monument" de Joan Miró

En la intención de Miró de ir más allá de la pintura, será la escultura en bronce la que le arranque de los límites del lienzo y le permita lanzarse definitivamente al trabajo en tres dimensiones. El más insignificante objeto, Miró lo transforma en obra monumental.

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El artista catalán no moldeaba sino que más bien seleccionaba y combinaba objetos encontrados y cotidianos creando así un collage tridimensional. Prueba de ello es precisamente la inmensa escultura titulada “Femme-Monument” de 1970 de la Colección del Ayuntamiento de Palma y que podemos encontrar, como el propio Miró deseaba, en las calles de Palma, concretamente a unos metros de L’Hort del Rei.

Precisamente hoy, los dos objetos que conformaron esta extraordinaria escultura, un simple huevo y una pastilla de jabón gastada de tanto limpiar los pinceles del artista, han tomado vida de nuevo en la Fundació, concretamente en el estudio de Son Boter, donde Miró la concibió. Los grafitis y dibujos preparatorios que permitieron convertirla en bronce en la Foneria italiana Fratelli Bonvicini, llegaron a la Fundació hace unos meses y hoy, después de una delicada operación de ensamblaje, volvemos a disfrutar de esta escultura junto a su génesis aún visible en las paredes del segundo estudio del artista.

Joan Miró

"La materia, el instrumento, me dictan una técnica, un medio para dar vida a algo. Si ataco una madera con una gubia, esto me pone en cierto estado de espíritu. El encuentro de la materia y del instrumento provocan un choque que es algo vivo y que, según creo, va a repercutir en el espectador".

De esta manera se cierra el círculo vital de esta escultura de bronce de grandes dimensiones (250 x 100 x 50 cm.) Cabe recordar que Miró empieza a trabajar la escultura en el Más Miró, en Mont-roig del Camp. En sus paseos por el campo y la playa de Tarragona, la naturaleza le regala al artista infinidad de objetos, hallazgos casuales, que bajo su particular mirada cobrarán otra dimensión.

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