La Fundació Miró Mallorca cuenta con tres edificios singulares que constituyen uno de los conjuntos arquitectónicos más valiosos de Mallorca. El taller Sert, estudio diseñado por el amigo y arquitecto Josep Lluís Sert y construido en 1956; Son Boter, una casa mallorquina de la segunda mitad del siglo XVIII y que el artista utilizó como segundo estudio de pintura y escultura; y el edificio Moneo, sede de la fundació, diseñado por Rafael Moneo e inaugurado en 1992. Las dos primeras construcciones han sido declaradas Bienes de Interés Cultural (BIC).