Najah Albukai: Lo que viví en prisión ha condicionado mi obra
“He transformado la tortura y el dolor en obra de arte para poder sobrevivir” - Najah Albukai
Nacido en 1970 en Homs (Siria), Najah Albukai estudió Bellas artes en Damasco y en Ruán. Volvió a Siria donde trabajó como profesor de dibujo y se dedicó a sus creaciones. Entre el 2012 y el 2014 fue encarcelado y torturado varias veces en las prisiones de los servicios de información sirios por haber participado en manifestaciones pacíficas contra el régimen de Bachar al-Ásad.
El 2015, huyó del país y se refugió en Líbano. Allí, empezó una serie de dibujos con bolígrafo negro en un cuaderno. Unos dibujos que son como la memoria de sus sucesivos encarcelamientos, representando el ambiente de los centros de detención del régimen sirio y la promiscuidad en la prisión: siluetas humanas que transportan cadáveres, escenas de tortura, interrogatorios …
Ahora Albukai ha llegado a los Talleres de Obra Gráfica de Joan Miró con una residencia de la Casa de Velázquez para seguir creando y dando forma a todos estos monstruos interiores con los que le ha tocado convivir. De este modo y a través de su obra y las exposiciones en las que ha podido participar tanto en Francia como España, quiere continuar aportando su testimonio sobre el infierno de las prisiones a través de los dibujos y los grabados.
Su obra habla por sí sola. A través de sus grabados y dibujos, Albukai quiere mostrar a los seres y amigos con los que él mismo compartió celda y que se enfrentan a aquello insostenible, castigados, torturados y movidos por la investigación y la esperanza de encontrar una salida en el infierno que viven en su país.
Najah Albukai ha emprendido en España una investigación más amplia alrededor de las víctimas de la guerra y las dictaduras. Entra en contacto con varias asociaciones y convoca también a los fantasmas de la Guerra Civil española alrededor de las cuestiones centrales de la posguerra, la desaparición y la sepultura.
La técnica artística que utiliza Najah Albukai, tampoco es baladí. El grabado en cobre es la manera que tiene para expresar su testimonio histórico. Igual que queda grabada de forma indeleble en la mente el horror y el dolor de quien decide finalmente mirarla de frente.