Exposició: “Y todos los otros”

“Sólo podremos usar el pasado con éxito si nos damos cuenta que heredar es también transformar.”[1]

“La artista Elián Stolarsky (Montevideo, 1990) pese a su juventud tiene una inusitada actividad, con fuerte proyección en el medio local e internacional. Ha atravesado una ruta formativa –que no cesa- en la que múltiples inspiraciones se potencian mutuamente hacia hallazgos plásticos, aunque también con incursiones en terrenos de filosofía, literatura, teatro, danza. El conjunto de su creación encuentra una simbiosis de intereses que se entrelazan de manera persistente y rigurosa, a través del estudio experimental con distintos medios técnicos y materiales, en especial en grabado, dibujo y pintura, incorporándose también con atención creciente la animación y el arte textil. Su obra refiere a una investigación constante (con su complemento de búsqueda personal-emocional) en la que se relaciona con su historia generacional, eslabonada en múltiples momentos que considera propios: en especial con su país de nacimiento y con la procedencia de familiares inmigrantes (…) La tragedia del genocidio, la destrucción en guerra y sus múltiples secuelas se hacen patentes en gran parte de su producción. A partir de una constante reflexión sobre el pasado, la artista parecería referir de manera ampliada a todas las guerras, a todas las poblaciones que desaparecen, a todos los deportados, a toda clase de exterminio.

(…) Una gran cantidad de pensadores manifiestan en sus distintas áreas de estudio la dificultad radical del lenguaje para expresar la catástrofe colectiva que la última guerra mundial ha generado en momentos inmediatos a los hechos. Sin embargo, y de manera singular, el compromiso y la necesidad de conjugar herencias en las que se imbrican procesos tan colectivos como intransferiblemente personales se vuelve muy profundo en la obra de Stolarsky. A través de creación, escrita y plástica, reivindica que los acontecimientos extremos se pueden transmitir de modo integral a generaciones posteriores como un testimonio sanador y ético. Varias declaraciones de la artista reafirman ese concepto:

“Mi identidad se manifiesta en todo lo que hago; […] es entonces que con mi obra empiezo un proceso de aceptación y cuestionamiento de lo que me es dado. Asumí que como parte de algo que existió previo a mí, tengo responsabilidades determinadas. […] Aprendí a creer pero también a recordar”

Su “asunto” a indagar, se manifiesta sostenidamente en rigor técnico. Stolarsky investiga de manera incansable herramientas plásticas heterogéneas; desde el dibujo en permanencia constante a múltiples medios presentes en la contemporaneidad. Reflexión, inquietud y trabajo caracterizan su obra.”

Curadora María Eugenia Grau

Fragmento del texto curatorial de la exposición y todos los otros, Museo Nacional de Artes Visuales 2018, Montevideo, Uruguay.

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[1] Lowenthal, David; “El pasado es un país extraño”; Madrid, Ediciones Akal, 1998.